Villel de Mesa, la Pequeña Escocia

Escalada en las highlands alcarreñas

El rugido de un taladro rompe la tranquilidad reinante en la comarca del Río Mesa, Guadalajara. Aunque poco que ver con las verdes Highlands de latitudes más norteñas, y perdida en la soledad con encanto de la España profunda, una Pequeña Escocia resurge a este lado del Canal de la Mancha, gracias a un pequeño grupo de escaladores madrileños que tomando el relevo de sus descubridores maños, han ido dando forma a nuevos sectores de esta escuela cercana a Villel de Mesa. Caliza de agujero y regleta, cerca de un centenar de vías con grados muy variados, y la posibilidad de escalar sin ruidos ni aglomeraciones durante todo el año, invitan a perderse entre estos campos perfumados por tomillos y romeros, para desconectar de todo lo que no sea roca... y buena gastronomía. Ah, sin pan no vayas.

Por María Gállego y Alberto Dotor

Galería Fotográfica de Villel de Mesa

Galería Fotográfica de OjoVertical.com


Un paseo por la geografía de la zona es suficiente para saborear el auténtico encanto de nuestra España profunda, y desconocida en sus más variados aspectos. Es el caso de la comarca del Río Mesa, desde su flora, con abundantes arbustos de tomillo y romero, y unos extensos campos de sabinas inconfundibles por su aroma, hasta los breves y esporádicos encuentros con zorros, liebres, perdices y algún que otro jabalí despistado.


Todo bajo la impasible mirada de los silenciosos buitres. Lugar idóneo para paseos en la soledad más absoluta, y para los amantes de la escalada tranquila. Eso sin mencionar el encanto de sus gentes y la tranquilidad que transmiten, siempre dispuestos a mantener una charla agradable. Escalar en estas tierras alcarreñas es una mezcla entre relajarse en un entorno poco conocido y repleto de campos donde se pierde la vista en el horizonte sin divisar ningún tipo de civilización, y disfrutar tomando fuerzas del sol de invierno para escalar a la sombra en los días más calurosos del verano. Una escalada intensa, rica en variedad de roca y presas, nos espera para poner a prueba nuestros límites.

Escaladores río arriba

La escuela fue descubierta por escaladores zaragozanos, que desde Jaraba venían buscando nuevas zonas donde reunir un buen número de itinerarios con todo tipo de dificultades. Recorrieron el cañón de Jaraba siguiendo el río Mesa hacia arriba, y tras pasar Villel de Mesa descubrieron este amplio cañón con muros a ambos lados de la carretera, al que denominaron Pequeña Escocia. ¿Razón? Por encontrarle cierta similitud, aunque parece ser que ninguno de ellos estuvo nunca en tierras escocesas...


Después del descubrimiento, una serie de escaladores maños se reunieron para trazar en un fin de semana las primeras vías de la escuela, equipando un buen número de líneas y dando vida a los primeros sectores: Primitivo, Retro y Postmoderno. Al equipar las primeras rutas en poco tiempo, se descuidaron en algunas un buen cepillado, y no se tuvo demasiado en cuenta la distancia entre las primeras chapas. Posteriormente, escaladores aragoneses continuaron la labor aperturista gracias a la cercanía con Zaragoza, aunque la escuela en realidad se encuentra en la provincia de Guadalajara.



Pequeña Escocia se dio a conocer en 1993 con la publicación de la guía “Escalando por Zaragoza”, de Felipe Guinda, quien le hizo un hueco entre otras escuelas de la provincia. Posteriormente Quique García y Mikel Silván publican “Escalada Deportiva en Zaragoza”, ampliando la información sobre sus trazados. En la actualidad, Pequeña Escocia ha ampliado sus horizontes gracias a la aportación, durante los últimos cuatro años, de los dos escaladores madrileños que suscriben.


El relevo madrileño

Descubrimos esta escuela y su potencial de expansión de un modo casual: durante un fin de semana invernal en Jaraba decidimos, ante la imposibilidad de escalar debido al intenso frío, dar una vuelta carretera arriba por la rivera del río Mesa, donde quedamos impresionados al descubrir una franja de caliza marrón con multitud de vías diseminadas, y un montón de posibilidades para equipar.


Entonces, al llegar al cruce con el cartel indicativo del desvío a Mochales, recordé repentinamente haber pasado mis veranos de infancia con mi abuela en algún pueblo no muy lejos de allí, donde todavía conservábamos una casa antigua, aunque deshabitada y a la venta. Mira tú por dónde, se abrió una posibilidad (con hogar incluido) donde pasar los findes de invierno. Y claro, es esa época, ya se sabe: gélidos días de frío y lluvia que obligan a profundizar actividades gastronómicas, con buena panceta y chuletas a la brasa en la chimenea. Con semejante base de operaciones, nos animamos a ponernos manos a la obra, algunas veces muertos de calor, otras con tres forros y gorro encima (las vías 04 y 05 fueron equipadas en años diferentes, una al día siguiente de la otra... ¡pero la segunda con resaca!).


Empezamos engordando los sectores ya existentes, como el sector Primitivo, donde dejamos constancia con Merijuana, 6b+ de placa fina. Con alguna vía bonita donde yo (María) dejarnos los dedos, comenzamos a rebuscar para trazar alguna línea de mayor dificultad, en la que apretar un poco más. Y surgió IV+ pa’l niño, 7b+/7c para que Felipe se quedara contento y no nos la decotara.

Continuamos trabajando en el resto de sectores, intentando dejar vías variadas. En el sector Retro armamos La Rebelión de un 6º, una vía de sombra para los días en los que el calor aprieta. El nombre se debe a la insurrección roquera vivida mientras la equipando: estando Alberto colgado, se desprendió un bloque que pasó por entre sus piernas rasgándole el pantalón y provocándole un buen corte. Afortunadamente, no hubo daños mayores, y sí un buen motivo de celebración a base de chuletas en la parrilla casera y acompañadas de un buen y tinto caldo.



Al otro lado del río

Al equipar esta vía descubrimos también que el tipo de escalada era distinto a este lado de la carretera; roca de mejor calidad y mayor diversidad de cantos, que inmediatamente nos reactivó y motivó para continuar la tarea aperturista en este margen del río. Así vio la luz el sector Carcharias, y posteriormente llegaría el sector Viajes.

Además buscábamos en estos sectores algo más de dificultad, a nuestro juicio algo que le faltaba a la escuela. De ahí que Carcharias tenga concentradas vías más difíciles y explosivas, que requieren buenas dosis de tendón. Fue nuestro particular terreno para equipar pequeños proyectos personales, mientras que el sector Viajes, en cambio, dispone ya de más líneas con mayor variedad de grados: desde V+ a 7c.

En el desarrollo de estos nuevos sectores contamos con la inestimable ayuda de Felipe y Jose, quienes se dejaron “convencer” fácilmente a base de chorizos y morcillas a la parrilla, regadas con buen vino. Aunque arrimaron activamente el hombro, abriendo, limpiando y probando algunas líneas, y decían que venían para equipar, yo sé que ese no era el principal motivo....


A Amayas sin pan no vayas

“Vaya, se me ha acabado la batería del taladro. ¡Y aún quedan dos parabolts por meter! Bájame. Un momento, chavales, ahora vuelvo”. Baja a toda velocidad, se mete en la furgoneta, y desaparece por la carretera... Al cabo de media hora Alberto regresa no sólo con la batería cargada, sino también con agua y algunos bollos. Viene de la casa de Amayas, una bonita y pequeña aldea situada muy cerca de Villel de Mesa. Y es que la casa de Alberto en Amayas (“el pueblo”, como él dice), ha sido siempre el centro de operaciones, el campo base, el cuartel general para el equipamiento en Pequeña Escocia, la cotación de vías, la escalada...

Una antigua casa de pueblo en la que igual encuentras en mitad de la entrada dos cuerdas viejas, una caja de parabolts, varias brocas, tres clavos o unas uñas, como una bolsa llena de fósiles recogidos a pie de pared. Tiene un armario lleno de mantas antiguas, utilizadas durante los crudos inviernos que sufre la zona, incluyendo una ya mítica de leopardo, y toda la casa está forrada de ese peculiar papel pintado de los años 60, tan adorable y a juego con mantas y fósiles.


Por supuesto, no sólo ha servido como base de operaciones para equipar y escalar. Famosa es la leñera anexa a la casa, y sobre todo la chimenea de la sala de estar, donde tantas veces nos hemos vistos obligados a recuperar fuerzas a base de chuletas, morcillas, pancetas, y buen vino, sin faltar la caja de bollos para el postre.

Aún recuerdo con nostalgia aquella vez que Alberto tuvo que trepar hasta la ventana del piso de arriba porque había olvidado la llave de la puerta. Eso incluyó, por supuesto, el volver a salir por la misma ventana al día siguiente, porque la puerta no se podía abrir desde dentro sin la llave.

Todos estos recuerdos e historias han hecho merecedora a la casa de Amayas de un especial homenaje por parte de todos nosotros, y de hecho, así ha quedado plasmado en los nombres que dieron vida a alguna de las líneas trazadas en los muros de Pequeña Escocia.


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Guía Práctica

Cómo llegar

Desde Madrid: Nacional II dirección Zaragoza hasta el desvío de Molina de Aragón/ Teruel (Nacional 211). Una vez llegamos a Maranchón, tomaremos un desvío a la izquierda, Codes/ Balbacil, a unos cien metros de la gasolinera. En el primer desvío seguiremos a la izquierda, dirección Codes, y en el siguiente cruce tomaremos la dirección Iruecha/Villel de Mesa (a la izquierda). Continuaremos por la carretera y en el siguiente cruce a la izquierda tomaremos dirección Villel de Mesa/Mochales (derecha). Desde Zaragoza: Nacional II hasta Ariza, donde iremos dirección Villel de Mesa.

Tipo de roca y equipamiento
Unas 80 vías de caliza roja y gris, con regletas y agujeros. El equipamiento siempre con parabolts de 10 mm, con algunas reuniones de cable (pocas).

Agua

Fuente en la plaza de Villel. Además podemos encontrar fuente en Mochales, a la salida del pueblo, junto a una acequia (algo difícil de encontrar).

Época

Se puede escalar durante todo el año, aunque los veranos son calurosos y los inviernos fríos, ya que la escuela se encuentra a unos 1.000 metros de altura.

Dormir

Hay un hotel rústico en Villel de Mesa, y casa rural en Mochales. También hay buenas explanadas para la furgoneta.

Compras

Aconsejable traer la comida desde casa, ya que la única tienda está en Villel, y a veces no se encuentra abierta. Eso sí, en Mochales y Villel de Mesa sí hay bares donde reponer fuerzas.


Consejos

Debido a que algún sector se encuentra cercano a los campos de cultivo, tened cuidado y bordearlos en vez de cruzarlos. No hace falta decir que el sitio está limpio, por lo que rogamos seáis respetuosos con el medio y no abandonéis colillas y demás basuras.

Sectores

Pequeña Escocia ofrece alrededor de 80 vías repartidas en cinco sectores: Primitivo, Retro, Postmoderno, Carcharias y Viajes. Todos salvo los dos últimos ya se han dado a conocer en las guías de escalada en Zaragoza. Nosotros, autores de los últimos equipamientos en dicha escuela, hemos ampliado en caudal de nuevas vías, que junto a las ya existentes ofrece cantidad y variedad de vías para saciar nuestra sed de roca.

Sector primitivo

Para llegar tomaremos la carretera desde Villel de Mesa dirección a Iruecha y Arcos de Jalón, y después de un cruce con la indicación de dirección a Mochales, tomaremos la primera pista que sale a nuestra derecha. Después de unos 400 metros dejaremos el coche al pie de un árbol para continuar a pie durante unos 50 metros. Allí nos encontramos con las primeras vías.

Sector de mañanas soleadas y tardes sombrías, con vías que oscilan entre 7 y 18 metros de longitud, predominando la escalada atlética con mucho agujero, y alguna placa de regletas pequeña más fáciles. Sin menospreciar al resto, cuenta con vías que creemos merecen ser probadas especialmente como por ejemplo Merijuana, 6b+ de placa fina; Potropoli 7b+, pequeño desplome de agujeros y un bonito paso en la salida; Furia Aragonesa, 7a para un desplome corto y explosivo de especial calidad; y IV+ pa´l niño, 7b+/7c de explosiva entrada, en la que tu altura hará que cueste más o menos.

Sector Postmoderno
Sector más apropiado para los días fríos de invierno. Para llegar, mismas indicaciones que para el Primitivo, desde donde continuaremos andando dejándolo atrás. Es conveniente que no crucemos los campos por mitad de las zonas aradas. Aunque no hemos tenido hasta la fecha problema alguno con los dueños por escalar en estas zonas, recomendamos respetar al máximo los campos de cultivo.

El sector Postmoderno ofrece vías algo más largas, llegando alguna hasta 22 metros. Recomendables: Kill the King 7a+ y El último peta 6c, que como su nombre indica...

Sector Retro

Pegado a la carretera, llegaremos aparcando el coche en una pequeña extensión de ésta, justo antes del cruce a Mochales, viniendo desde Villel de Mesa. Sector sombrío (sol a última hora de la tarde) con mejor calidad de roca que los anteriores, donde entraremos un tipo de escalada muy diferente, ya que abundan las pequeñas regletas (con suerte algún agujero) que pondrán a prueba tus dedos. Recomendamos La Rebelión de un 6º 6b+ y Custolofernes, 8a de placa técnica vertical de regletas con una sucesión de movimientos finos. Esta vía es uno de los pocos octavos que tiene la escuela, y bien merece un apretón.

Sector Carcharias

Más cercano a Villel de Mesa, se accede desde la misma carretera pero esta vez dejaremos el coche nada más pasar el puente saliendo de Villel. A partir de ahí andaremos por la carretera hasta encontrarnos justo debajo de las paredes, donde unos hitos marcan el camino a pie de vías.

Sector nuevo que surgió tras una búsqueda de cobijo frente al sopor del verano, ya que la mayoría de sus vías goza de sombra durante todo el día. La roca se asemeja a la del sector Retro, ya que en este margen del río la calidad es mejor, predominando las placas un tanto desplomadas de pequeñas regletas.

Como vías destacables, la que da nombre al sector, que fue además la primera en aparecer; Carcharias, 7c+/8a, probablemente una de las mejores rutas de la escuela. También merece la pena Esos Leño, 7b+ de abundantes regletas para la que necesitarás una buena dosis de pila, e Inhumanidad, 7c corto y explosivo.

Sector Viajes

Situado junto al sector Carcharias, llegaremos desde éste o bien caminando por la carretera hasta encontrarnos justo debajo; veremos un hito marcando el ascenso. El acceso a todos estos sectores no lleva más de dos o tres minutos. Es el último sector equipado hasta el momento, donde las vías son más largas (hasta 25 metros) y se distribuyen en placas tanto tumbadas como verticales. A destacar Citronio7a y Clementina 6c, dos líneas paralelas que discurren por una placa gris. Además, Ton sail 7b+ y El hijo del Motorista 7b.

Por María Gállego y Alberto Dotor

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domingo, 1 de junio de 2008

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