NUEVA YORK y de cómo no catar la roca



…señoras y caballeros, en unos minutos aterrizaremos en el aeropuerto de New York La Guardia, apaguen sus aparatos electrónicos, pongan sus asientos en posición vertical, 

abróchense los cinturones y tengan preparados los formularios de inmigración que esperamos hayan tenido tiempo de rellenar durante las ocho horas que ha durado el vuelo, y esperamos disfruten de su estancia (si es que les dejamos pasar, ya veremos, si en el formulario han contestado ‘no’ a la pregunta de si tienen intención de atentar contra el presidente de los Estados Unidos o a que si son ustedes terroristas de Al Qaeda o pretenden introducir jamón ibérico infectado con la peste porcina, o comprar veinticinco iphones sin declarar para sajar a sus conciudadanos a su regreso..., y aun así, si no nos gusta su cara, a lo mejor tampoco pasan…). La tierra de los gringos es así, tienes que renunciar a tus derechos por escrito de ser deportado sin excusa o razón si al funcionario del aeropuerto simplemente le sale de los eggs. Y si te gusta bien, y si no… también.

 “¿de donde vienen ustedes?” –somos españoles… pero españoles de España… o sea de Europa. -“¿y a qué vienen a los Estados Unidos?, ¿y por cuánto tiempo?, ¿y dónde van a vivir?, ¿portan armas o bombas atómicas con ustedes?, bla, bla… (tanto Castro y tanta historia y en Cuba no te ponen tantos problemas…).


Y cuando pensábamos que por fin habíamos conseguido pasar la frontera, un lindo perrito policía nos esnifó las mochilas y se puso tieso al oler de pronto algo sospechoso: “Excuse me guys, (nos interpeló una amable señorita policía), have you any food in your bags?,” “Yes mrs. policeman (contestamos), some chocolate and sandwiches". -“¿any ham, pork?”... –“no mrs. policeman, some chorizo del bierzo, with cheese” –“Oh!, you cannot introduce any meat in the United States, sir.- 

Y ahí se quedaron nuestros maravillosos bocatas de chorizo y queso confiscados por el departamento de inmigración y vigilancia aduanera de los Estados Unidos…, pero entramos.

 

Nuestra intención en los estates era visitar Nueva York unos días, luego alquilarnos un coche y tratar de acercarnos a las zonas de escalada de las montañas y el parque de Adirondack, al norte del estado de N. York, y si había tiempo incluso hacer algo de búlder en unos bloques de central Park. Bien, pues debido las inclemencias meteorológicas nuestro viaje se limitó a visitar la ciudad y alrededores, y todo el deporte que practicamos se redujo a comer hamburguesas, calzzone de espinacas, muffins de mermelada, muffins de chocolate, muffins de nueces, pasas y crema de cacahuete… y algo de bicicleta alquilada para disimular… Ah!, y a hacer fotos, eso sí, la ciudad se prestaba a disfrutar con la cámara. Estos yanquis lo hacen todo a lo grande, tienen una ciudad grandiosa, todo hay que decirlo, espectacular, bien hecha, bien diseñada y muy fácil de recorrer y visitar. 

Un metro gigantesco y una nomenclatura de calles para no rebanarse los sesos precisamente: la primera, la segunda, la tercera…. de mayor a menor de arriba abajo y de izquierda a derecha, punto. Policía en cada esquina mirándote como diciendo: “hey amigo, te estoy vigilando…”. Una ciudad bastante segura sin duda, a pesar de su reputación, salvo que hagas como una chica valenciana que nos encontramos en el vuelo de vuelta, que tuvo la feliz idea de volverse junto a una amiga, solas, a las cuatro de la mañana, en el metro y con parada en Harlem, y que tuvieron un pequeño tironcillo del bolso (es que no me extraña, en esas circunstancias si soy yo hasta lo intento también, que no? ;-).

Y eso hicimos, patear y echar la cámara a andar, y disfrutar de una ciudad inmensa, multicultural, algo maloliente y llena de americanos con tanques de café a toda prisa por las calles. Eché mano del gran angular, un 10-20mm, para enfatizar las líneas urbanas, deformar las inmensas estructuras y darle así más dramatismo a las composiciones. El trípode a cuestas y cultivar el espectáculo de luces de times square, los rascacielos y la vida nocturna reflejada en el Hudson y el East river y los majestuosos puentes que conectan con Brooklyn, el popular barrio de Woody Allen. Tras las tormentas y los aciagos días de lluvia las nubes nos dieron tregua, colorido y contraste a las tomas.

 

En definitiva, poco campo, poca montaña, y sin llegar a catar la roca por desgracia, pero mucho cristal y cemento, y personajes nacidos de la practicidad, la tarjeta de crédito y el talento robado, pero mucho menos ignorantes de lo que creemos en Europa, a la que superan en tantas y tantas cosas. Sin duda, cuando consigamos remendar los agujeros en nuestros bolsillos, volveremos al nuevo continente, pero esta vez al paraíso naranja y ocre de la costa oeste...

Fernando Nuñez/OjoVertical.com


Fernando Nuñez/OjoVertical.com

miércoles, 22 de octubre de 2008

2 Comments:

QuiQue said...

He estado ojeando vuestra pagina y vuestro blog y tengo que daros la enhorabuena. Soy aficionado a la fotografia y a la escalada y me ha gustado mucho vuestro trabajo.

Seguid asi que da gusto ver vuestro trabajo.

Rocio said...

Soy de ir a diversos destinos, pero como ya tengo todo arreglado con los vuelos nueva york espero poder disfrutar de esa gran ciudad. Me han llegado muy buenos comentarios sobre ella y por eso quiero ir cuanto antes